Y gracias a los papás de Fabia y a la Caseta "La Flor de la Canela", volvimos a pasarlo genial bailando, comiendo y bebiendo.
Y como no podía ser de otra manera, nos fuimos a la Calle de Infierno a descargar adrenalina en las atracciones.
El año que viene recordarme que no me vuelva a montar en el látigo.Qué mareo....
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